-pues entonces quisiera pedirte algo –ella no sabía a qué se refería, pero se puso muy nerviosa
-Montse –se hinco y tomo sus manos - te gustaría casarte con migo? –ella no supo que contestar en ese momento, su emoción era tanta que comenzó a derramar unas cuantas lagrimas
-Paul! Dios! No lo puedo creer –trato de limpiar sus lágrimas
-entonces que dices?
-claro que si Paul! Quiero casarme con tigo! –se abrazaron fuertemente y se dieron un gran y dulce beso, al regresar a la mesa tomados de la mano les dijeron a los demás sobre su próxima boda, cosa que no lo podían creer, todos estaban muy felices por ellos, hasta yo que me había enterado una semana después, me hubiera encantado estar con ella en ese momento tan especial para ella. Mi padre decidió quedarse en Liverpool unos 3 días para visitar a nuestra familia, hermanos de mi padre, yo aprovecharía para ir a visitar a Mimí, fue ahí donde me tope con alguien que no esperaba ni en 1000 años.
Una mañana decidí ir a casa de Mimí y en el camino me detuve a ver un gran poster de los Beatles, sentí una gran nostalgia sobre todo cuando vi el rostro de George, comencé a recordar todo lo que viví con él, y me preguntaba qué sería de él, en eso escuche una voz que provenía de tras de mí, me gire lentamente pues la voz no se me hacía muy familiar, entonces fue cuando vi a lo lejos a alguien que jamás creí volver a ver, si, a cesar.
-Frida! Por dios! Creí que jamás te volvería ver –me decía con una gran alegría
-también yo creí eso –dije pasmada por la gran sorpresa, se acerco a mí y me dio un fuerte abrazo
-estas más linda que antes –me miro de pies a cabeza
-gracias, pero siento que estoy igual –dije apenada
-claro que no, te vez mas mujer, mas linda –me decía sonriente
-y que es lo que te trae por Liverpool? –quise saber
-oh! Pues resulta que entre a trabajar en una agencia de modelos y venimos a Liverpool a buscar talentos y a buscar a una modelo por que quizás haga un trabajo –yo no podía creer que cesar trabajara en una agencia de modelos, como que no iba con el
-valla, no me lo esperaba –él se quedo en silencio y de pronto comenzó a sonreír como si se le hubiera venido a la mente una idea
-que te ocurre? –le pregunte
-que tengo en frente de mi a una futura modelo –al escuchar eso me solté a reír
-estás loco!? Claro que no!! Yo modelo jamás! –decía entre risas
-por que no? Mira, eres linda, tienes un lindo cuerpo y cubres la estatura mínima –yo no supe que decir
-anda por qué no vienes con migo a un casting y te aseguro que si quedaras –me animo
-no cesar! No puedo, tengo que ir a visitar a una persona –le dije recordando a Mimí
-ya que salgamos del casting vas, es mas yo te acompaño –me dijo animoso
-cesar, es que yo… -me interrumpió
-no anda! No digas nada y ven con migo –me tomo del brazo y me llevo casi corriendo hasta su auto que lo tenía estacionada a dos cuadras de donde estábamos,
-cesar! Pero ni siquiera estoy peinada ni arreglada ni nada –decía nerviosa
-no ocupas, así al natural eres hermosa –eso hizo que me sonrojara. Yo iba hecha un manojo de nervios después de 15 minutos llegamos al lugar, bajamos y me hizo reír un poco para que se me quitaran los nervios, entramos al lugar y se encontraba un fotógrafo haciéndole una sesión de fotos a una modelo que en verdad era muy linda, sin sonreír porque sus dientes frontales parecían a los de un conejo
-james! Mira te traje a una linda chica que me encontré en el centro de Liverpool, no sé qué te parezca –la persona que estaba junto al fotógrafo volteo a vernos, primero a cesar y luego a mí, se detuvo a verme con mucha insistencia de pies a cabeza
-cómo te llamas? –me pregunto el tal james
-Frida, Frida Berry –él se acerco y me estiro la mano para saludarme
-mucho gusto, yo soy james Letterman, que sabes de pasarela y modelaje? –me pregunto, yo mire a cesar con ojos de “te matare” pues yo ni siquiera sabía del tema
-nada señor –dije apenada
-bien, entiendo, sube a esa plataforma –me dijo apuntando a una plataforma que se encontraba detrás de él, de tanto nervio sentía que no podía ni caminar, subí y regrese mi mirada a el
-bien, quiero que levantes el mentón y hagas tus hombros un poco hacia atrás -yo hacia todo lo que él me pedía, pero sentía que lo hacía horrible
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