jueves, 19 de mayo de 2011

capitulo #68

Después de eso se despidió de mi con un dulce beso, yo me recosté junto a Joan pensando en la gran coincidencia de habérnoslos encontrado, pronto me quede dormida, no espere a Montse y Jenny, pues estaba casi segura de que no llegarían esa noche a dormir.

A la mañana siguiente me despertaron unos grandes golpes que provenían de la puerta, me levante mas por el sobresalto que por ya estar completamente despierta aun sin abrir por completo los ojos me dirigí a la puerta y al abrirla entro John casi empujándome

-¡¿dónde está?! –dijo mirando para todas partes

-calma Lennon –dijo George que entro después de el

-¿pero qué es lo que hacen aquí tan temprano? –pregunte mientras me trataba de acomodar el cabello

-a Stuart se le ocurrió la brillante idea de decirle a John que las habíamos visto, aparte de que no nos dejo dormir nos hizo levantarnos muy temprano para venir a verlas, en especial a Joan –dijo George sentándose en un amplificador

-pues ahí esta John, aun duerme –le dije mientras miraba a Joan como dormía tan profundamente, tenía miedo de que John la despertara y que notara la cruda de Joan

-¡Joan, por fin te vuelvo a ver¡ -dijo John casi en forma de grito y acercándose a ella, la abrazo y poco a poco se despertó

-¿Qué es lo que… ¡John! No puede ser, ¡estoy soñando¡ -dijo Joan levantándose por completo y abriendo mucho los ojos

-no mi amor, no es un sueño, estoy aquí con tigo –dijo John mirándola con mucho cariño, tanto que me daban ganas de agarrar a John y comérmelo a besos

-John, te extrañe tanto –dijo Joan aferrándose a él, dejaron de decir palabras solo se abrazaban y se besaban, yo los miraba con una gran sonrisa, cuando recordé a George voltee a verlo y me miraba de una manera tan dulce que me intimidaba

-¿y stu? –le pregunte para romper con esa incomoda escena

-ah él, pues dijo que más tarde vendría, pues John nos despertó muy temprano –dijo mientras cruzaba sus brazos, no sabía ni como decirle lo de la carta, el parecía muy tranquilo, creía él que jamás la recibí al ver que nos habíamos venido para acá

-a muy bien –dije mirando a todas partes

-oye Frida, ¿te molestaría salir con migo a caminar y charlar? –me dijo levantándose y acercándose a mi

-pues, si, porque creo que aquí salimos sobrando –dije mirando a John y Joan que seguían abrazados

-bueno pues entonces… -dijo George mientras abría la puerta y hacia una seña para que pasara yo primero, tome mi suéter, no era necesario vestirme, pues no usábamos pijama solo la ropa que traíamos el día anterior, me mire en un pequeño espejo que teníamos colgado junto a la puerta, retire un poco la pintura caída y salimos, comenzamos a caminar sin rumbo fijo y en completo silencio, en realidad no sabía ni como comenzar a charlar con el

-hace frio –dijo el poniéndose sus manos en sus brazos y mirando el cielo

-si un poco –le conteste sin dejar de verlo

Oye Frida, ¿Cómo fue que te saliste de tu casa? –dijo intrigado

-pues fue una decisión que me arrepiento de tomarla, pues eso no va con migo –le dije cabizbaja

-entonces... ¿volverás a Liverpool? –me miro de una manera tan triste que me hizo poner mi mano sobre su hombro

-no George, a menos de que vengan por mi –le dije sin dejar de quitar mi mano y sin despegar mi mirada de la suya

-¿pero tus padres saben en donde estas?

-por desgracia si, cometí otra estupidez, llamarle a mi madre –dije mirando un grupo de chicos que se encontraban al final de la calle, casi afuera del Indra

-vamos Frida, no te sientas tan mal, yo quisiera que mejor te regresaras a Liverpool –me voltee de golpe a verlo

-porque creo que este no es un lugar para una linda chica como tú –concluyo, para después sonreírme, la forma en que me había hablado me hacía ver que yo realmente le importaba y mucho, de pronto escuchamos unas voces que me llamaban insistentemente

-¡Frida Frida! –me gritaba Montse y Jenny desde la acera de enfrente, al verla me retire de George, pues sentía que Montse al verme con el aquí me golpearía

-Montse, Jenny –solo pude decir

-¡Oh por dios! George, no lo puedo creer –dijo Montse mientras se le lanzaba a abrazarlo, lo cual incomodo un poco a George…

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