capitulo #37

Entro a su casa y su madre ni siquiera la esperaba despierta, eso ya era costumbre para ella, se metió a su habitación y se durmió pensando en su amor, John.

A la mañana siguiente me levante para ir a la escuela, no recordaba lo de ayer pues en las mañanas te levantas tan deprisa que ni siquiera te da tiempo de pensar, hasta que vi el abrigo de George recordé todo, era gracioso como mi subconsciente registro ese abrigo como “el abrigo de George” y no como “mi abrigo que George me obsequio”, después de desayunar y charlar un poco con mi madre Salí de mi casa y me fui a la de Montse para irnos juntas como de costumbre a la escuela, recordé lo de anoche su enojo hacia mí pero no le tome importancia supuse que ya se le había bajado el enojo, me aproxime a el timbre de la casa y me sorprendió que no saliera ella sino su madre

-buenos días Frida –me dijo con una toalla de cocina entre sus manos

-buenos días señora Vilamur, se encuentra Montse? –pregunte extrañada

-no querida, ella se acaba de ir a la escuela, me dijo que allá te veía ¿acaso paso algo entre ustedes? –quiso saber

-no señora quédese tranquila, bueno debo irme gracias –dije pensativa mientras me dirigía a la parada del bus, no podía creer que aun seguía enojada con migo, pero me seguía repitiendo la frase de “ya se le pasara” al llegar a la parada del buz vi a Joan sentada con una mirada algo diferente, rápidamente me acerque para saludarla y preguntarle que había pasado con John anoche

-¡¡hola Joan!! ¡¡Que gusto me da verte!! –grite haciendo que varias personas voltearan a vernos

-¡¡calla niña!! Me saludas como si tuvieras años sin verme –dijo rechazando mi abrazo

-oye lo haces sentir mal a uno –dije haciendo un puchero, ella solo me miraba con una sonrisa y moviendo la cabeza

-ya déjate de niñerías y trae tu trasero –me dijo jalándome de un brazo y haciendo que me sentara junto a ella

-gracias que amable eres –dije sarcásticamente y soltándome de su mano que asfixiaba mi brazo, nos quedamos unos segundos en silencio y al ver que no me diría nada hice la pregunta del millón

-¿y bien? ¿No tienes nada que contarme? –le pregunte buscando su mirada

-amm, ¿cómo que habría que contarte? –pregunto cómo tratando de hacerme saber que no había ocurrido nada, pero su mirada la delataba

-¡anda Joan dime! Sabes que no me gusta que me contesten con otra pregunta así que dime –dije cruzando los brazos

-pues no paso nada Frida no seas curiosa, -me dijo mientras acaba una bolsa de papas de su mochila

-ay Joan como si no te conociera esa mirada de enamorada se percibe a kilómetros de distancia –le dije apuntando con mi dedo su cara

-entonces si ya lo estas deduciendo, ¿para que diablos me lo preguntas? –me dijo con un puño de papas en la boca

-¿entonces ya son novios? –pregunte emocionada

-¿quieres una papa? –me pregunto Joan

-¡contéstame! No es hora de papas! –le grite

-oye! No grites así ya te lo dije y si es hora de papas y también lo otro –dijo mientras se volvía a echar un puñado de papas a la boca

-aaay que emoción Joan, cuéntame todo que paso quiero saber –dije bastante alterada

-1. ¡NO GRITES!, 2. Este no es lugar y 3. ¡¡Déjame desayunar!! –dijo volteándose hacia otro lado

-¿ese es tu desayunado? –pregunte volteando a ver la bolsa de papas ya a la mitad

-así es, mi madre esta fulminada por tomar tantas pastillas para sus nervios y no hay nada preparado ni en el refrigerador así que pase a la tienda y compre como 4 de estas para la comida y cena –dijo levantando la bolsa, en verdad que me preocupaba la forma en que la madre de Joan trataba a sus hijos, no les prestaba ni un gramo de atención

-no te preocupes yo te invito a comer a mi casa –le dije sonriente

-gracias Frida pero no creo poder ir –dijo recordando su cita con John saliendo de la escuela

-pensándolo bien tampoco yo podre –dije recordando la mía con Stuart, ella se volteo de golpe esperaba que le hiciera una pregunta de ¿Qué vas a hacer? O algo así

-y ahora tu? Que paso con Stuart? –me pregunto mientras sacaba un refresco de cola de su bolsa

-yo si te pienso contar todos los detalles le dije tomándola de el hombro y haciendo una expresión de “yo si cuento todo a mis amigas”

-ok ok también yo te diré lo que paso con John, pero ahora no –me dijo para después darle un sorbo a su refresco, en eso llego el bus y subimos, nos sentamos en nuestro lugar de siempre y yo comencé a contarle todo lo que había pasado con Stuart…