-Frida, quisiera hablar con tigo –me dijo mientras se acercaba mas a mi
-¿sobre qué George? –le pregunte algo nerviosa
-desde que estábamos en Hamburgo he tratado de preguntarte sobre la carta que te mande –al escuchar eso mi corazón comenzó a latir más deprisa
-aah es eso –dije tratando de que no me importara, pero me ponía muy nerviosa todo ese tema
-si Frida, sabes yo desde que te vi aquel día que por desgracia tuve que arruinar tu lindo abrigo, sentí algo aquí en lo más hondo de mi ser –me decía mientras hundía su mano en el pecho -estaba desesperado de ver como Stuart trataba de conquistarte mientras yo intentaba acercarme a ti pero era en vano porque tú me odiabas, bueno quizás aun me odies –voltee a verlo y vi que su mirada estaba clavada en el piso, no sabía ni que decirle
-no George, ya no te odio, es mas creo que nunca lo hice, es solo que me molesto el hecho de que me arruinaras mi abrigo pero creo que no podría odiar a nadie por eso –dije seria y mirándolo, el volteo su mirada a mí y pude ver que tenía unos hermosos ojos, me quede unos segundos viendo su mirada, podría pasar horas mirándolo sin importarme nada mas, sus ojos proyectaban mucha paz
-¿entonces podemos comenzar de nuevo? –me pregunto entusiasmado, yo lo pensé unos segundos y me sonreí
-claro que si George, empezaremos otra vez como si nunca me hubieras ensuciado mi abrigo –el comenzó a sonreír, pude ver que también tenía una muy linda sonrisa, yo me voltee a otro lado y sentí como sus labios se hundían en mi mejilla, tanto que al despegarse se escucho un gran tronido, lo mire unos segundos tímidamente para después escucharlo hablar
-y sobre la carta olvídalo también, creo que me precipite demasiado, tengo que ir por partes –yo me reí ante sus palabras
-y se puede saber ¿Por qué regresaron a Liverpool? –me pregunto muy confundido
-eso es algo que no puedo decir aun –baje mi mirada y me volví a poner muy triste
-¿fue Stuart verdad? –al escuchar su nombre voltee a verlo y mire en sus ojos cierto enojo, me quede callada pues si era por el
-está bien, interpretare tu silencio –me dijo serenamente y haciéndose un poco para atrás
-déjame asimilarlo George y te prometo que te contare todo –le dije a punto de llorar, el me miro sin comprender nada, me levante de la mesa y comencé a caminar hacia las escaleras
-¿A dónde vas? –me pregunto también acercándose a las escaleras
-iré a vestirme, tengo que salir de aquí –dije a punto de derramar una lagrima
-¿A dónde iras?
-no lo sé… -dije seria
-¿Te regresaras a casa de tus papas?
-no, ahí creo que jamás regresare –dije aun más triste por el hecho de recordar a mi familia
-¿entonces en donde vivirán?
-no se George, creo que Joan y yo vamos a rentar un lugar donde vivir, porque ella tampoco puede regresar a su casa –George se quedo unos segundos pensativo
-¿no les gustaría vivir en mi casa? –me quede algo impactada por el ofrecimiento de George
-no George como crees, no queremos molestarte
-si no es molestia Frida, a mis padres no les incomodaría porque te conocen muy bien y a Joan también
-no George de todas maneras gracias pero no –comencé a subir las escaleras y escuche como George me seguía
-bueno, pero prométeme que me dirás en donde van a vivir, no quiero perderte la pista –me dijo algo preocupado
-no George tranquilo, sería imposible perdernos la pista, ¿crees que John dejaría de ver a Joan? –comenzó a reírse
-creo que tienes razón –yo le sonreí y él me guiñaría un ojo, en verdad que comenzaba a sentir algo extraño hacia George.
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