lunes, 9 de enero de 2012

03


Agosto de 1960 buscando triunfar…

En agosto, nuestro agente de reservas decidió enviarnos a Hamburgo a probar suerte, diciéndonos que nos iría bien pues un grupo que había mandado le había ido muy bien. Pero había un problema, mi edad, era menor de edad y teníamos que decir la mentira de que tenía 18 o si no nos echarían del país. Todos aceptamos pero yo no quería separarme de Frida.
Una noche antes de irnos a Hamburgo le escribí una carta, no sé ni cómo me atreví a hacer eso pero la hice, se la di a mi hermano y le dije que cuando la viera se la diera. A la mañana siguiente nos fuimos rumbo a Hamburgo.
Llegamos a Hamburgo, John vomito barias veces en el barco, nos daba risa por que minutos antes de que subiéramos al barco nos decía que su padre era marinero y que sabía perfectamente todo lo de los barcos. El lugar donde llegamos a dormir era deplorable, estaba lleno de cucarachas pero en fin, eran 3 camas y dos en litera, yo decidí acostarme en la de abajo con Paul mientras stu y John dormían arriba, pete se había quedado en la cama individual. Las noches eran muy pesadas, así que comenzamos a consumir somníferos para aguantar más, en uno de los bares conocimos a un chico llamado Klaus, que tiempo después se haría muy amigo de nosotros y también de su entonces novia Astrid Kirchherr.
Una noche cuando salimos de un club nos quedamos stu y yo sentados en la banqueta de la calle fumando unos cigarrillos
-extraño mucho Liverpool –me decía mientras miraba el horizonte
-también yo –dije mientras lanzaba un suspiro al recordar a Frida
-ese suspiro solo fue por Liverpool? –me pregunto stu molesto
-si stu, por quien más? –trate de disimular
-pues… no nada –me dijo para quedarse pensativo, automáticamente supuse que ya sabía por qué había suspirado
-y no has sabido nada de las chicas? –quise cambiar el tema
-no nada, le dije a Shotton que me mandara una carta cuando supiera algo de ellas, pero en especial de Frida –yo me quede en silencio, pues me incomode un poco
-debimos de haberles avisado que vendríamos –le dije
George, John tenía razón, si les avisábamos nunca nos hubieran dejado venir y tampoco nosotros podríamos venir al verlas tristes por nuestra partida –creo que si tenía razón, pues si hubiera visto a Frida triste no hubiera venido. Después de varios minutos vimos a lo lejos a un par de chicas que venían en un estado bastante vergonzoso, ni un hombre se pone así, bueno solo John.
-mira a esas chicas que vienen ahí –le dije a stu mientras las apuntaba
-mira que mal vienen –me contesto
-al parecer solo una viene muy mal –le dije al ver bien a las chicas
-escucha! Vienen hablando ingles, no son de aquí –me dijo stu, ambos nos sorprendimos muchísimo al ver que eran Frida y Joan
-no puede ser! –dijo stu para después caminar hasta ellas, yo lo seguí
-Frida eres tú? –le pregunto stu a la chica que cargaba a la otra
-stu pero… no lo puedo creer! –dijo ella más que feliz, su carita se ilumino de alegría, eso me hizo sonreír
-que sorpresa verlas aquí! –les dije sin dejar de mirarla, había cambiado un poco pero se seguía viendo hermosa, más que nunca. Después de platicar sobre cómo fue que llegaron aquí le preguntamos qué era lo que le había pasado a Joan
-tomo demasiado, primero cervezas y después termino con whisky –entonces de inmediato la ayude a cargarla, la tome por las piernas y por la espalda y la levante en peso, nos dirigimos al lugar en donde estaban durmiendo y la deje en su cama. Seguimos platicando pero después de un rato me sentí incomodo entre Frida y stu, aun me molestaba pero tenía que soportarlo, al parecer así seria toda la vida. Me Salí de ahí y me dirigí a nuestro cuartucho pensando en lo pequeño que es el mundo y de cómo el destino una vez más me ponía a Frida en mi vida, algo me decía que ella y yo teníamos que estar juntos.

A la mañana siguiente John quiso que lo acompañara a ver a Joan, toda la noche se la paso hablando de ella así que lo acompañe, los demás irían mas tarde.
-gracias pequeño George te deberé una –me dijo mientras se ponía su ropa
-descuida John, para eso estamos –le dije, en parte lo hacía para ir a ver a Frida. Era muy temprano pero John no podía esperar más, nos dirigimos al lugar que estaba cerca de donde nosotros nos estábamos quedando. John comenzó a tocar la puerta bastante fuerte
-hey! John cálmate!! Si están dormidas las vas a asustar! –le dije mientras lo detenía pero el volvió a tocar, en eso se abrió la puerta y vi que era Frida, mi corazón comenzó a latir fuerte, John la empujo para entrar, comenzó a buscar a Joan por todas partes
-Lennon cálmate! –le grite, era demasiado impulsivo
-pero que hacen aquí tan temprano? –nos pregunto ella mientras se arreglaba el cabello
-a Stuart se le ocurrió la brillante idea de decirle a John que las habíamos visto, aparte de que no nos dejo dormir nos hizo levantarnos muy temprano para venir a verlas –le decía mientras me sentaba en un amplificador
-pues ahí esta John, aun duerme –le dijo Frida a él mientras apuntaba a Joan que se encontraba profundamente dormida. Solo esperaba que John no notara lo cruda que estaba. John corrió a abrazarla y a llenarla de besos, la despertó de inmediato y comenzaron a charlar. Creo que Frida y yo comenzábamos a hacer mal tercio. Voltee a verla y vi que los miraba con una gran sonrisa, me preguntaba si había recibido la carta que le escribí aunque lo dudaba pues ellas también estaban aquí en Hamburgo, me moría de la curiosidad por saber si mi hermano la alcanzo a ver, pero a la vez me daba vergüenza de que ya supiera mis sentimientos hacia ella
-y donde está stu? –me pregunto, cosa que me hizo sentirme incomodo
-pues dijo que más tarde vendría –dije sin mirarla, pensé que seria el momento perfecto para platicar con ella así que decidí invitarla a salir a caminar
-oye Frida te molestaría si salimos a caminar? –me acerque a ella
-pues sí, aquí salimos sobrando –me dijo mientras se acomodaba su cabello, entonces yo abrí la puerta y extendí mi mano para que saliera ella primero, tomo su suéter y se limpio un poco la cara para después salir, estaba más que nervioso no sabía ni que decirle pero me sentía de lo mejor estando junto a ella
-hace frio –le dije mientras miraba el cielo
-si un poco –me contesto, entonces comencé a preguntarle cosas
-y cómo fue que te saliste de tu casa? –le pregunte, pues eso me había sorprendido mucho, ella no era de ese tipo de chicas que se salen de su casa así por nomas
-pues es una decisión que me arrepiento de tomarla porque eso no va con migo –me dijo, yo sonreí pues tenía razón, ella no es ese tipo de chicas, aunque se me vino a la mente que entonces pensaba regresarse
-entonces, piensas volver a Liverpool? –le pregunte con semblante triste, ella puso su mano en mi hombro
-no George, a menos de que vengan por mi –me dijo algo triste, me inspiraba tanta ternura era la chica perfecta. Así seguimos charlando, me conto todo sobre cómo fue que llegaron aquí, y como se entero su madre de que estaban aquí. En eso escuchamos a Montse y a otra chica que le hablaban a Frida. Se acercaron y Montse me miro, su rostro se ilumino al verme –aun siente algo- pensé al ver como se me encimaba para abrazarme y darme de besos, me sentía muy incomodo. Frida la regaño por no haber ido a dormir al cuarto, también ellas traían un semblante extraño. Para que Frida nos las siguiera regañando salieron corriendo mientras nosotros nos dirigimos a un parque que estaba por ahí cerca, todo era perfecto. En eso Frida saco las manos de las bolsas de su suéter y vi que cayó una hoja de papel doblada, me agache para recogerla.
-Espera yo la levanto –la tome y comencé a ver el papel, se me hacía bastante familiar, pues parecía de una hoja de un cuaderno que mi padre me había dado, era de hojas bastante peculiares, así que supuse que era mi carta que le escribí, me puse nervioso
-es la carta que… cuando viste a mi hermano? –le pregunte pues no pude creer que lo viera tan rápido, me dijo que lo vio un día antes de venirse para acá
-pensé que jamás la leerías… yo –en eso escuche la voz de Stuart, cerré los ojos y apreté los labios –maldición! –pensé, nunca voy a estar a solas con Frida para charlas o qué? –me lo pregunte, sentí como Frida me arrebataba el papel, Stuart se llevo a Frida y yo decidí irme de nuevo al cuarto, estaba tan molesto! Aunque no podía hacer nada pues aunque Stuart se me había adelantado yo no era la clase de chicos que les gusta bajar novias así que me comenzaba a resignar aunque nunca lo logre. Al llegar al cuarto me recosté en la cama de pete sin dejar de ver el techo.
-que te ocurre George? –me pregunto Paul
-nada –ni siquiera lo mire
-es por Frida verdad? –suspire profundamente
-si es por ella, al parecer ya leyó mi carta –Paul no lo podía creer, le comencé a contar como me había dicho que recibió mi carta. Le dije que también Montse estaba aquí y el se pondría como loco
-iré a ir a ver a Montse! –se comenzó a arreglar, yo ni siquiera lo mire
-no gustas acompañarme para darme ánimos? –me pregunto Paul, yo no quería que Montse reaccionara como lo hizo antes, pues Paul se daría cuenta de que ella me quiere a mí, pero se me ocurrió una idea así que me levante y decidí acompañarlo.
Paul se detuvo en un lugar para comprarle un ramo de flores a Montse, mi amigo estaba tan ilusionado con ella, al llegar le dije que esperara abajo que iría por ella, subí las escaleras y entre, estaban todos llame a Montse para que viniera un momento y John comenzó a molestarme como siempre, no quería que Montse comenzara a hacerse ilusiones pues al ver su rostro pensaba que le diría lo que siempre estaba esperando así que al salir fui algo directo
-hasta aquí llego yo –le dije sonriente
-pero… no entiendo –me dijo Montse mirándome sin comprender, así que decidí aclarar todo
-antes que nada Montse quisiera decirte que eres una linda chica, tienes un lindo rostro en verdad que es una lástima que no puedo corresponder tus sentimientos –al escuchar eso, su semblante cambio por completo, desvió la mirada al piso y mordió su labio inferior
-hey, pero no te me pongas triste, lo último que me gustaría hacer es que una linda chica como tú llore por mi causa –le dije, la tome por el mentón y vi como sus lindos ojos se llenaban de lagrimas, lo cual hizo que la abrazara, no quería que llorara por mi
-no Montse, no llores por mí, allá esta un amigo mío que está loco por ti y que me gustaría que trataras de quererlo porque es muy especial
-es que tu no entiendes George –me dijo con lagrimas rodando por su rostro –yo te quiero a ti George, desde que llegaste al vecindario no hago otra cosa más que verte, siempre me gustaste, ¡siempre George¡ -dijo Montse llorando desconsolada y llevando sus manos a su rostro, sus palabras me hicieron sentirme mal, pero que podía hacer si yo me moría por Frida
-en el corazón no se manda Montse, en verdad que me hubiera encantado fijarme en ti y no en…
-¿en Frida verdad? –me interrumpió
-si Montse, en Frida –le dije sin mirarla para no ver su reacción
-espero que ella algún día se dé cuenta de cuánto la quieres –me dijo mientras limpiaba sus lagrimas
-eso será imposible mientras stu este con ella –le dije mientras buscaba un pañuelo para que se limpiara las lagrimas
-¿solo para esto me trajiste? –me pregunto un poco molesta, pues ella esperaba que le dijera otra cosa
-no, mira para allá, ¿Ves a ese chico que está sentado en aquella banqueta? –le pregunte mientras le apuntaba a Paul que estaba sentado dándonos la espalda
-sí, ¿que con él?–pregunto ella viendo a Paul con indiferencia
-a pues te está esperando –le dije sonriente
-sí, es Paul –me dijo, ella solo miraba a el chico sentado y poco a poco empezó a ver a Paul en el, me miro de nuevo y le di mi pañuelo
-toma, quiero que conserves este pañuelo, y espero que en un futuro cuando lo veas te acuerdes de el día que te rompí el corazón para que seas feliz con Paul –le dije con una gran sonrisa, ella poco a poco tomo el pañuelo y lo miro con una gran nostalgia, lo acaricio un par de veces y lo guardo en la bolsa de su suéter, después me miro, y nos sonreímos para después darnos un fuerte abrazo
-te ofrezco mi más sincera amistad Montse, cuentas con migo para todo lo que tú quieras –le dije a Montse que seguía entre mis brazos, ella solo hecho un gran suspiro
-espero que este gran dolor por el que estoy pasando valga la pena –dijo Montse soltándose de mi
-veras que si –le dije mientras acariciaba su mejilla, no me gustaba verla así por mi
-anda no hagas esperar más a Paul –le dije apuntando a Paul, ella se volteo a verlo y comenzó a caminar hacia él, yo sentía un gran alivio de haber hecho todo aquello y esperaba que sirviera de algo, por lo menos que sirviera para que Montse tomara mas enserio a Paul y dejara de fijarse en mi, pronto vi como Montse llego hasta él, entonces yo me di vuelta y comencé a caminar, me dirigí a un pequeño club que se encontraba por ahí cerca, quería pensar bien las cosas de que era lo que iba a hacer ahora con mis sentimientos.
Regrese con los chicos y ensayamos un poco, esa noche tocamos en el club y paso algo que me molesto muchísimo! Pues Stuart comenzaba a fijarse mucho en Astrid cosa que no aguante pues Frida sufría y mucho.
John Paul pete y yo decidimos ir a un burdel, era la primera vez que iba a uno y la verdad no me gusto mucho, pero Paul y John estaban más que felices ahí, cerca de las 12 de la noche regresamos con unas chicas, los demás entraron al cuarto con ellas mientras yo espere afuera a que terminaran de hacer sus porquerías. No podía creer que John teniendo a Joan y Paul queriendo a Montse fueran capases de hacer eso, yo no tenía a Frida con migo, ni tampoco tenía su cariño pero algo en mi me decía que no me metiera con alguien más. Prendí un cigarrillo y mire el cielo, hacia algo de frio de pronto vi que venían stu y Frida juntos, pero se veían algo tristes y molestos.
-que haces aquí? –me pregunto stu
-pues estoy tomando el fresco –dije simulando una sonrisa, trataba de ocultar las idioteces de aquellos tres
-que están haciendo los otros tres? –me pregunto stu, yo ni supe que decirle
-no lo sé –dije sin mirarlo, sabía perfectamente que stu se molestaría, se asomo por la ventana y los vio, se enojo bastante y entro al cuarto dejándonos a mí y a Frida. Apague el cigarro y me acerque a ella
-por qué no entraste? –me pregunto mientras se recargaba junto a mí, no sabía ni que decirle
-porque no –conteste a secas, note que sonrió por mi respuesta
-no lo puedo creer –me dijo entre risas, no comprendía por qué se reía
-¿Qué no puedes creer? Para mí eso no es lo más importante para mí, ve a John se supone que esta con Joan ¿no? Y qué me dices de Paul, creí que en verdad le interesaba Montse –le decía mientras miraba la ventana
-¿y tú? Veo que respetas a alguien –me dijo, yo me quede helado
-pues no, no tengo a nadie pero se supone que si estoy enamorado de alguien la tengo que respetar no como aquel par –le dije, aunque estaba seguro que había captado la indirecta
-¿entonces estas enamorado? –me pregunto, yo me puse nervioso, pues no sabía que contestarle
-Frida, ¿leíste la carta que mi hermano te dio? –le pregunte mirándola fijamente
-pues… si –me dijo nerviosa, rápido percibí que ya me había entendido
-entonces ya sabes que yo, bueno… tu estas con stu y pues –cuando le dije eso note que comenzó a entristecerse, algo había pasado con ese idiota
-¿Qué pasa? Acaso te hizo algo? –le pregunte preocupado por ella
-el y yo acabamos de terminar, o al menos eso pareció –me dijo muy triste, yo no lo podía creer pero en parte la felicidad invadió mi cuerpo
-¿Qué fue lo que te hizo? Es por Astrid ¿Cierto? –le pregunte molesto, pues stu últimamente andaba tras ella
-podría decirse que si –me respondió a punto de llorar
-no puedo creer que ese idiota te haya cambiado por esa chica –le dije más que molesto, es un idiota! Como pudo hacer eso?, primero me arrebata la oportunidad de estar con la mujer que más quiero para que, para hacer daño?
-pues no es fea –me dijo sin dejar de verme
-pero no es más linda que tu, -le dije mientras me ponía frente de ella, después vi como poco a poco fueron saliendo unas lagrimas, eso me hizo enojarme más con Stuart, yo la abrace fuertemente, escuchaba sus suspiros creo que se enamoro de él, me sentía muy mal por ella pero me sentía furioso con el
-no llores Frida, no vale la pena –le dije mientras besaba su cabeza, era la primera vez que la tenía entre mis brazos, fue una sensación inexplicable, no quería que terminara jamás!
-debo irme George –me dijo mientras se soltaba de mi lentamente
-espera aquí le diré a stu que te lleve, bueno con el viniste supongo que… -me interrumpió
-no George yo ya no quiero saber nada de él yo me iré sola –me dijo mientras trataba de calmar su llanto
-eso sí que no Frida, yo te acompañare, espera un momento les diré a los chicos, aunque no creo que les importe –comencé a caminar al interior del cuarto para decirles pero en eso salió John borrachísimo, Frida lo regaño y también yo. Al la mañana siguiente nos enteramos que Frida no había dormido en el cuarto, eso me preocupo muchísimo yo sabía que la tenía que acompañar! Me sentía tan culpable por haberla dejado ir sola.
Después de que la encontramos pasaron una serie de cosas que me dolieron muchísimo pues Frida había decidido volver con stu y no solo eso, también se fue a vivir con él en el mismo cuarto que nosotros, esos días para mi fueron de profunda agonía pues tenía que ver todos los días como se abrazaban y se besaban, y aparte de todo verlos dormir juntos. A raíz de eso empecé a escribir muchas canciones que hablaban de todo lo que sentía, aunque me las guarde para mí.
Meses después se fueron a vivir a otro lado, stu salió del grupo y se dedico a pintar, por parte estaba bien pues ya no vería a ese par juntos, me incomodaba demasiado.

D:!! creo que ahora si me excedí! jajaja díganme si les estoy poniendo muchas letras xD bueno pues espero que les haya gustado este largo capitulo xD se me cuidan y los veo en la próxima publicación :3

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